Charla va, charla viene, cuando fue mi turno de hablar, le terminé contando al obispo de mis serias intenciones de conseguir -como fuera-, una foto del Papa con alguna torta de mi autoría; a lo que él me respondió con voz serena pero firme, que una torta no iba a poder ser, pero en cambio me ofrecía que preparara algo pequeño -quizás unos alfajores-, y que él intenta
Al despedirnos quedamos en contactarnos, para organizar la logística del envío.
Los que algo me conocen, ya se imaginarán que esos alfajores no viajarían solos...
Se acercaba la fecha y no lograba terminar esa bendita carta, así que mientras esperaba que las musas inspiradoras volvieran a mi, me dediqué de lleno a los alfajores. A la receta ya la conocía de memoria, así que solo faltaba tener todo listo para pod
Pero por las insistencia de los que me quieren -y mucho- logré terminar esas líneas, que sé que llegaron a sus manos y que las leyó. Y también sé que juntos rezaron frente a La Piedad de Miguel Ángel, por todo lo que decía en el
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