miércoles, 30 de julio de 2014

TARTA DE CEBOLLAS





Para esos días que sentís cero ganas de cocinar y de recurrir al delivery, esta tarta puede ayudarte, siempre y cuando tengas por ahí unas cebollas a mano, un poco de queso mantecoso y una rica masa de tarta esperándote en la heladera. Si será fácil que ni ligue lleva. Solo mucha cebolla  -un kilo o más- eso sí, cortada en pluma y dorada en aceite hasta acaramelarse. Apagás el fuego y  le agregás medio kilo de queso mantecoso -con el cremón queda espectacular- , esperas a que se funda y después integras bien todo. Condimentás con sal y mucha pimienta.  Acto seguido, pasás la mezcla a una tartera forrada con la masa hojaldrada, la cerrás y la cocinás en horno precalentado. Después de unos 30 minutos más o menos, tendrás una riquísima tarta lista para servir y preparada con casi nada de esfuerzo. Y digo con casi nada de esfuerzo, porque lo más seguro es que quien haya cortado esas cebollas, siga todavía  llorando como una Magdalena y no creo que sea porque le haya dado pena acuchillar a una pobre e inocente cebolla.

Ahora en serio,  hay una explicación científica para todo esto. Resulta que al cortar la cebolla, se rompen sus células y se libera una enzima llamada alinasa, la que genera una serie de reacciones químicas. Entre ellas, produce una sustancia rica en azufre y soluble en agua que impregna rápidamente el ambiente, y al tomar contacto con nuestros ojos, provoca irritación y nos hace llorar.
Ahora bien, hay algunos secretos para que este momento no sea tan traumático, pero obviamente ninguno es milagroso. Cuchillo bien afilado y dejar correr agua de la canilla. Rociar la tabla con limón. Masticar chicle. Colocar la cebolla en el frezzer unos minutos antes de cortarla. En la web ya se venden anteojos especialmente diseñados para picar cebolla, pero salen carisimos. Quizás un buen par de antiparras sirvan lo mismo. En fin, pareciera que si queremos seguir comiendo cebollas no nos quedará otra que seguir llorando.

 A veces la preparo sin tapa 

Reconozco que de pinta no dice nada, pero es riquisima

  

Pero como este blog es de cocineros y locos, a continuación transcribo este texto, que cuando lo leí me encantó y por eso lo guarde.
  
"Una lágrima es eso que humedece los ojos del mundo, y que el mundo se empeña en ocultar. Es eso que nos tragamos tantas veces por soberbia, por orgullo, por demostrar fortaleza y queda atorada en la garganta, apretada en el corazón comprimiéndolo todo. Es tan profunda que no sabemos con certeza de dónde nace, ni si podrá morir alguna vez. A veces una lágrima cicatriza una herida, lava una pena y ablanda el corazón Una lágrima es un recuerdo, una angustia, una desesperación, una interrogante. Una lágrima puede ser a veces el comienzo del perdón, la primera luz de la rectificación, que hace estrechar una mano. Una lágrima puede ser rebeldía o arrepentimiento. Odio. Amor, luz o sombra. Una lágrima puede ser el sueño desvanecido que rozo nuestros párpados o el amor perdido que aun esta dulce, húmedo. Una lágrima es a veces la gota mágica que hace cambiar por dentro, cuando tenemos que pagar nuestra cuota de dolor, la lagrima ayuda. Cuando la derramamos en el corazón querido, o en la intimidad de la amistad la lágrima une, estrecha, funde. La lágrima transforma enseña, disuelve los rencores, las espinas las malas hierbas que van creciendo e impidiendo acercarse,abrazarse, comprenderse..." 
Al final pareciera que llorar está buenísimo, así que entonces a seguir picando cebollas!! y como diría Moria, si querés llorar, llora!!

No hay comentarios: